El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.

Ernest Hemingway





El árbol de la vida de Gustav Klimt
El propósito de esta bitácora es que ésta se convierta en un espacio de intercambio de los temas que las enfermeras y enfermeros quieran exponer. Los temas no necesariamente se deben circunscribir al área de la salud.

Los temas de la salud, lógicamente, tienen su espacio en esta bitácora, pero, además, la poesía, la música, la pintura, la literatura y el arte en general son bienvenidos.

Pretendo que este espacio sea el lugar de reencuentro con mis colegas colombianos pero también una forma de tomar contacto con las enfermeras y enfermeros iberoamericanas (os) para compartir experiencias.

Ilustro este blog con la pintura “El árbol de la vida” de Gustav Klimt, obra que siempre me ha gustado y me ha despertado muchas inquietudes.

Dejo, pues, este espacio a disposición de ustedes con el ánimo de que nos enriquezcamos mutuamente en el vasto campo de la salud y de la cultura en general.




martes, 11 de mayo de 2010

Día Internacional de la Enfermera


Con motivo de celebrarse El Día Internacional de la Enfermera rindo un tributo de admiración de respeto a todos y todas mis colegas y lo hago con una poesía que su autor, Gustavo Figueroa Velásquez, publicara en Su blog "Contrastes", http://gustavo-contrastes.blogspot.com/.
Felicidades.





Florence Nightingale - 1820 - 1910

Mujer, enfermera, mano amiga
(A mi amada compañera)


Mujer, enfermera, mano amiga,
por ti vive la vida cuando la muerte acecha,
eres como esa lámpara imposible
que en un segundo de luz intensa
arranca de las tinieblas al enfermo moribundo.
Mujer, enfermera, mano amiga,
de tus ropas níveas fluye dulcemente la bondad,
esa que arropa con aires de paciencia
al paciente desolado y ahogado en el dolor,
quizás a un niño que abre los ojos al amor.
Mujer, enfermera, mano amiga,
eres aire y presencia siempre viva,
en ti hay sabiduría necesaria,
eres el bálsamo que alivia las heridas.
Mujer, enfermera, mano amiga,
sin ti la guerra sería más cruel,
la desesperanza sería infinita
y en la paz faltarías tú.


Gustavo Figueroa Velásquez
Gävle, Suecia
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